Casa de Silvia

Silvia y su madre, residentes de una planta baja en Benetússer, enfrentan una pérdida total tras la inundación, que alcanzó entre 1.60 y 2 metros de agua. La casa quedó prácticamente vacía y todo ha quedado inservible: sofás, muebles, electrodomésticos, puertas y armarios de cocina fueron destruidos. Además, la familia ha perdido tres coches: dos de ellos propios y uno de la hermana de Silvia, quien también vive en la misma zona.

Ante esta situación, se han trasladado temporalmente a la casa de la hermana de Silvia, que también sufrió daños, aunque permite condiciones mínimas de habitabilidad, a diferencia de su propia vivienda, que requiere una rehabilitación completa.